Derecho a la Energía


La situación de la coyuntura energética presente es bien conocida por los ciudadanos argentinos en algunas de sus manifestaciones más relevantes y críticas. Dos de esas aristas de la problemática son, precisamente, la agudización de la pérdida del autoabastecimiento como consecuencia de la caída permanente del suministro de recursos hidrocarburíferos y el crecimiento constante de las necesidades de importación de combustibles líquidos para paliar esa brecha.

El agravamiento de estas problemáticas en los últimos años, ha impactado severamente en nuestra comunidad de diversas maneras, lo cual ha lesionado seriamente aspectos fundamentales del derecho humano a la energía, que concebimos como un bien común inalienable e inviolable, cuyo acceso universal debe ser garantizado como objetivo prioritario de cualquier política pública en la materia.

En orden a trabajar desde una clara perspectiva de derechos, y con una orientación democrática e igualadora, estimamos que, desde el área energética de la Fundación Más Derechos Por Más Dignidad debemos desarrollar una adecuada descripción y comprensión de los grandes desafíos de la coyuntura energética. En tal sentido, resulta crucial, por un lado, describir e identificar los aspectos estructurales que permiten explicar y comprender la situación de crisis que atraviesa el sistema energético y, por el otro, esbozar una propuesta alternativa de política pública en el sector, orientada a la diversificación de la matriz energética nacional y al logro de una mayor accesibilidad, eficiencia y racionalidad en los usos de la energía, a los efectos de revertir, paulatinamente, la altísima dependencia de los hidrocarburos fósiles y los desequilibrios de diverso tipo que el sistema en su conjunto acumula en las últimas décadas.

En orden a ello, se trabaja desde un enfoque sistémico, que concibe su objeto como el estudio de los procesos sociales de producción, transformación, transporte o transmisión, distribución y consumo de la energía, en toda su conformación multidimensional (aspectos físico-geológicos, técnico-económicos, ambientales, legales, sociales, políticos y culturales). El centro de la atención no se fija sólo en la relación entre recursos escasos y las necesidades ilimitadas sino también, y fundamentalmente, en los actores sociales que tienen poder de decisión sobre esos recursos y los que encarnan esas necesidades.